amiralgestion_newsletter2_site_1920x1080px.jpg
  • L' Aparté

L’Aparté N°5, carta de Amiral Gestion

El inversor 3.0 ante los retos contemporáneos

De Wall Street al inversor 3.0

En la década de 1980, los gestores de fondos y los agentes de bolsa, tan bien caricaturizados por Oliver Stone en la película Wall Street, no siempre eran conscientes del papel estructurador de los mercados financieros en la asignación de los ahorros y, por tanto, en el desarrollo económico y el empleo. Demasiado centrados en la maximización de los beneficios, rara vez se concebían a sí mismos como alquimistas del capitalismo moderno, encargados de encontrar la fórmula mágica entre el ahorro y la inversión. Se sentían aún menos responsables de las cuestiones sociales y estratégicas de su tiempo. Impulsados por una mano invisible, cumplieron, a pesar de todo, su misión secreta financiando proyectos industriales, de I+D, de ciclos de innovación… en definitiva, el crecimiento económico y el progreso. También es cierto que, en ocasiones, también financiaron la ruptura social, la desigualdad y, a menudo, el daño medioambiental.

El propio Adam Smith era consciente de los límites de un mercado desbocado: "La propuesta de cualquier nueva ley o regulación del comercio que provenga de los capitalistas debe escucharse siempre con gran cautela, y nunca debe adoptarse hasta que se haya examinado con detenimiento y seriedad, no solo con los mayores escrúpulos, sino también con la mayor desconfianza. Proviene de una orden de hombres cuyo interés nunca es exactamente el mismo que el del público…". En el siglo XVIII, hacía referencia a la probidad de los bancos, la protección de la propiedad intelectual, la colusión de los oligopolios, y también a la protección de los empleados, a la salud y a la educación. Los elementos extrafinancieros ya ocupaban su lugar en el pensamiento de los teóricos del mercado.

A principios de la década de los 2000, el sector de la gestión de activos se fue percatando, poco a poco, de que debía abordar las deficiencias de un modelo centrado únicamente en la optimización de la rentabilidad financiera. Fue entonces cuando se comenzó a hablar de ESG: sobre todo de gobierno corporativo (un aspecto crucial en el desempeño de una empresa), un poco del componente social y, puesto que el calentamiento global todavía estaba siendo objeto de debate, aún menos del medio ambiente. No obstante, durante estos años, la mentalidad empieza a transformarse lentamente, las regulaciones se modifican, surge el cambio y una ola se prepara para arrasar los mercados financieros.

Hoy en día, ya sea porque se ve obligado a ello o porque así lo desea, el inversor 3.0 debe avanzar en la dirección correcta si no quiere verse arrollado por la ola. Los mercados financieros ya no pueden limitarse a optimizar la oferta y la demanda de capital. El ahorro debe gestionarse para responder a realidades y retos que van más allá de la rentabilidad contable e incluso de los criterios ESG. El "Estado estratega" vuelve a aparecer ante los retos contemporáneos. Todos estos temas están entrelazados y están presentes en el mundo de la inversión, ya sean extrafinancieros, estratégicos o existenciales.

“Los gestores deben responder ante los objetivos sociales y estratégicos, sin sacrificar el objetivo de rentabilidad.”

En Francia, desde 2009 y el lanzamiento del primer "Plan de Inversiones Futuras"(1), se han puesto en marcha diversas iniciativas públicas, que se han acelerado recientemente con el plan "France Relance" y "France 2030". El Estado está claramente tratando de encontrar las medidas necesarias para lograr sus objetivos: la independencia tecnológica, transición climática y reindustrialización, las tres dimensiones indispensables para la formación de un espacio europeo estable y próspero. No obstante, la política ya no prevalece de forma directa como lo hacía tras la guerra. El general De Gaulle ha muerto, la revolución de Reagan ha liberalizado los mercados financieros, los bancos están privatizados y el ahorro circula libremente en economías abiertas e interconectadas. Para completar este contexto, el endeudamiento es ingente y los márgenes de maniobra son limitados, más aún en un entorno de subida de tipos de interés que probablemente impondrá regímenes presupuestarios prolongados. La canalización del ahorro privado pasa así a ser una medida decisiva de la política económica.

En este contexto, el mundo de la inversión debe cuestionarse y renovarse. Los gestores deben responder a los objetivos sociales y estratégicos sin sacrificar el objetivo de rentabilidad. La ISR adquiere un doble significado y pasa a ser "Inversión Estratégicamente Responsable". No es de extrañar que, en los últimos tres años, los incentivos normativos hayan fomentado la eclosión de un sinfín de fondos climáticos y tecnológicos, dos de los principales objetivos estratégicos de los Gobiernos europeos.

LA OLEADA DE FONDOS CLIMÁTICOS

El auge de los fondos climáticos en los últimos tres años ilustra a la perfección esta evolución. Una avalancha de normativas y acrónimos(2) ha sepultado el sector financiero, obligando por fin a los inversores a integrar el riesgo climático en sus estrategias de asignación y a "descarbonizar" gradualmente sus carteras de activos. Las finanzas deben ser ahora un actor de la transición y seguir el camino marcado por los Acuerdos de París.

¿Cómo puede una sociedad gestora de fondos participar verdaderamente en esta dinámica y ofrecer a sus clientes una respuesta eficaz sin caer en la trampa del lavado de cara ecológico (greenwashing)? ¿Cómo podemos cumplir estas nuevas normativas y garantizar que nuestros esfuerzos ejerzan un impacto real en los objetivos programados? Se pueden considerar varios enfoques, pero es necesario plantearse estas cuestiones para evitar reaccionar únicamente de forma obligada o verse cegado por la conveniencia.

“El enfoque de Amiral Gestion al cambio climático no consiste en invertir únicamente en empresas ‘verdes’, sino también en sectores industriales que emiten grandes cantidades de CO2 y cuya transformación puede ejercer un impacto significativo”.

El enfoque de Amiral Gestion con respecto al cambio climático no consiste en invertir únicamente en empresas "verdes", sino también en sectores industriales que emiten grandes cantidades de CO2 y cuya transformación puede ejercer un impacto significativo. No creemos que vayamos a lograr un impacto decisivo financiando a empresas cuya actividad principal se centre en la transición de los sectores de las energías renovables, los vehículos eléctricos o el hidrógeno.

Por lo general, ya tienen acceso a toda la financiación necesaria y suelen tener pocos problemas de transformación, ya que su actividad es virtuosa por naturaleza. Por último, este enfoque evita que nos encerremos en las "burbujas verdes" existentes o futuras y, en cambio, nos permite beneficiarnos de la revalorización de las empresas que son capaces de innovar y liderar su sector en la materia climática.

A modo de ejemplo, podemos mencionar el sector del acero y el cemento, que representa más del 10% de las emisiones mundiales de CO2, en comparación con el 8% que emite el conjunto de vehículos de uso privado. Como nos recuerda Bill Gates en su libro sobre el cambio climático, para elaborar un plan exhaustivo de lucha contra el cambio climático se debe tener en cuenta algo más que la electricidad y los vehículos; es necesario formularse también la siguiente pregunta: "¿cuáles son sus perspectivas para el cemento?"(3)

La cementera francesa Vicat es un buen ejemplo de líder de la transición en un sector que emite grandes volúmenes de CO2. La empresa se beneficia de un accionariado familiar de referencia, sensible a las cuestiones climáticas y capaz de aplicar una estrategia multigeneracional. En su perímetro europeo, presenta una tasa de sustitución de los combustibles fósiles necesarios para alimentar los hornos de cemento del 66%, e incluso del 100% en su planta de Suiza, donde la biomasa y distintos residuos sustituyen por completo a los hidrocarburos. Además de la energía necesaria para los hornos, la transformación de la piedra caliza en clínker (4) también provoca emisiones inevitables de CO2 simplemente por la reacción química que conlleva. Para reducir estas emisiones, los fabricantes de cemento tienen que reducir el contenido de clínker por tonelada de cemento producido. También en este sentido Vicat se sitúa entre los mejores del sector. En fechas recientes, el equipo directivo ha comunicado una innovación que será disruptiva para el sector al añadir un material de base biológica al clínker que puede capturar las emisiones vinculadas al proceso de producción. El éxito de esta hazaña industrial a gran escala sería toda una revolución para el sector.

Acompañar a estas empresas y llevar a cabo una política decidida de compromiso es la forma en que podremos influir de forma colectiva, gracias a sus esfuerzos, a nuestro apoyo o a la presión que ejercemos sobre ellas mediante el diálogo, nuestros votos y, si es necesario, nuestras alianzas. Cierto es que los fondos de capital riesgo tienen una capacidad de intervención más directa e impactante que los inversores de los mercados cotizados, pero nuestra experiencia en las empresas de pequeña y mediana capitalización y las relaciones históricas que hemos forjado con los equipos directivos, nos permiten desempeñar un papel de socio activo con muchas empresas.

Por ejemplo, participamos en el desarrollo de Mersen, una empresa que produce materiales y componentes eléctricos. Si bien una parte importante de los productos de Mersen contribuye positivamente al desarrollo sostenible (5), sus actividades generan elevadas emisiones de carbono, ya que la producción de grafito requiere calentar los materiales a temperaturas muy elevadas. Por ello, en 2019 pusimos en marcha una iniciativa de interacción con la empresa para animarles a integrar aún más estas problemáticas en sus planes estratégicos y reducir su huella de carbono. Tras nuestros intercambios periódicos en 2019 y 2020, Mersen publicó en marzo de 2021 un programa para reducir sus emisiones en un 20% para 2025.

Esta estrategia de inversión, que es coherente y busca ejercer impactos positivos, se ve en ocasiones entorpercida por la propia normativa. Los requisitos de calificación de aspecto extrafinanciero en las carteras y la comparación con los índices de referencia incitan al gestor a seleccionar las empresas que ya muestran un desempeño favorable que suelen ser compañías de gran capitalización, que ofrecen la información de mayor calidad y presentan las mejores calificaciones de las agencias. Por desgracia, a veces no encajan con la temática, como sucede con las empresas GAFAM, que se incluyen en muchos fondos climáticos únicamente por la calidad de sus informes y su calificación en cuanto a emisiones de CO2. Estos sesgos refuerzan la sensación de lavado de cara ecológico, sea o no forzado. Por tanto, la estructura sigue siendo muy imperfecta, pero el balance es positivo y, sobre todo, la dinámica es alentadora. La normativa se adaptará y superará sus propios límites, y la información disponible en el mercado seguirá mejorando, favoreciendo así la conveniencia de las estrategias implantadas para que la financiación desempeñe plenamente su papel de acelerador de la transición climática en curso.

LA GESTIÓN DE ACTIVOS Y LA TECNOLOGÍA EUROPEA

El surgimiento del liderazgo tecnológico en Francia y en Europa es, sin duda, otro gran reto a largo plazo. En primer lugar, una transición climática exitosa implicará necesariamente innovaciones disruptivas con ganadores y perdedores. La reconfiguración de las infraestructuras energéticas e industriales será indudablemente el escenario de una redistribución de las cartas nunca vista desde el descubrimiento del petróleo a mediados del siglo XIX.

La reindustrialización de los países occidentales, mencionada más arriba, tendrá que apoyarse también en una revolución tecnológica que reinvente las cadenas de producción deslocalizadas sobre las que las multinacionales han cimentado su éxito en los últimos 40 años. Solo una industria 4.0 creativa puede brindarnos los medios para sustituir a cientos de millones de trabajadores chinos. Este es el caso de la empresa francesa Lectra, de la que somos accionistas. Este fabricante líder de máquinas de corte de telas saca ahora partido de un mejor coste de producción que su principal competidor chino. Hace veinte años, Lectra decidió concentrar el diseño y la fabricación de sus máquinas en un único centro en Burdeos, lo que ha dado lugar a una excelente dinámica de innovación. Un mejor diseño, la automatización de su herramienta de producción y la reducción de los costes logísticos le confieren ahora una importante ventaja competitiva que compensa con creces los mayores costes salariales de Francia en comparación con Asia.

Los ejemplos son numerosos, ya que la tecnología se sitúa en el epicentro de los retos contemporáneos, desde el medio ambiente hasta la reindustrialización, pasando por la sanidad, la educación, el armamento o la política. Sin embargo, Europa parece haberse quedado rezagada, sobre todo frente a la trayectoria de Asia y, por supuesto, de Estados Unidos. En 2009, China prohibió la entrada de Facebook en el mercado para fomentar una competencia fructífera y creativa entre los actores locales del momento, una situación de la que Tencent salió como gran ganador. Un año después, el Gobierno central dio un paso más y decidió expulsar a Google del mercado nacional para dar tiempo a Baidu a que se convirtiera en el principal motor de búsqueda del país. Esta estrategia propició el nacimiento de las BATX (6), las FAANG chinas, y todo un ecosistema de start-ups que desde entonces gravitan en torno a estos gigantes digitales. Incluso Rusia ha apoyado con bastante astucia a sus campeones locales, esta vez junto a los líderes estadounidenses, pero garantizando el dominio de Yandex sobre Google y el de Vkontakte sobre Facebook. Europa, en cambio, se ha volcado totalmente a las soluciones de los gigantes estadounidenses y ahora hace frente a una ausencia de independencia y de liderazgo tecnológico cuando menos preocupante.

En Francia, los responsables políticos son muy conscientes del problema y respaldan la creación de fondos específicos para la tecnología, animando a los grandes inversores institucionales a invertir en estos fondos especializados, creados y gestionados en el país galo. Se trata de una excelente iniciativa lanzada tras la publicación del informe Tibi en julio de 2019. No obstante, únicamente un pequeño porcentaje de los ahorros movilizados en estos fondos cotizados se asigna a Europa, ya que la gran mayoría se invierte en Estados Unidos, y en particular, una vez más, en las empresas FAANG.

Con el fondo Sextant Tech, Amiral Gestion busca centrarse principalmente en las pequeñas y medianas empresas francesas y europeas que más financiación necesitan en la actualidad para pasar de start-up a unicornio y, por qué no, a "decacornio" (7). En efecto, Francia cuenta con un conjunto de fondos de capital para la innovación capaces de financiar las primeras fases de desarrollo de las start-ups, pero existe una carencia de financiación en fases posteriores, cuando las necesidades de capital superan los 50 millones de euros o más. Por ello, resulta fundamental fomentar la creación de fondos capaces de respaldar a estas empresas innovadoras durante su salida a bolsa y en los años siguientes con el papel de inversor de referencia. A veces es incluso necesario identificar estas empresas innovadoras en una fase muy temprana, incluso antes de su salida a bolsa, para ayudarlas a aclimatarse al mercado y motivarlas a entrar en el mercado cotizado. Tenemos un papel que desempeñar a la hora de tender puentes entre el mundo de los fondos de capital de crecimiento y los fondos tecnológicos cotizados de cara a estructurar un ecosistema de financiación dinámico y atractivo en el mercado bursátil.

“Confiar en empresarios que acometen innovaciones prometedoras y apoyarlos en la adaptación a la realidad de las oportunidades que surgen en Francia y Europa.”

Para lograr este objetivo, el gestor debe comenzar desde la base, centrándose en empresas con proyectos innovadores y un propósito. No se trata de desarrollar una teoría global de las tendencias tecnológicas mundiales y de seleccionar en un universo de grandes valores internacionales. Se trata de confiar en los empresarios que acometen innovaciones prometedoras y apoyarlos en la adaptación a la realidad de las oportunidades que surgen en Francia y Europa.

Esto es lo que hicimos al participar en el surgimiento de uno de los últimos unicornios del mercado francés, SES Imagotag. Seguimos a esta empresa desde su salida a bolsa en 2006 y, más concretamente, desde la llegada en 2012 de Thierry Gadou, su actual director general. La empresa es conocida por su actividad de instalación de etiquetas electrónicas en los negocios de gran distribución. De hecho, está creando una red de IoT (8) para recopilar los mismos datos sobre el comportamiento de compra de los clientes que en el universo online. Tras ser accionista de referencia durante muchos años, salimos del capital en 2017 cuando BOE Technology, su principal proveedor chino, presentó una oferta de adquisición. En 2020, volvimos al accionariado, y posteriormente organizamos la compra de parte de la participación de BOE, lo que permitió a SES Imagotag reequilibrar su capital y establecer un mejor gobierno corporativo en un momento estratégico para entrar en el mercado estadounidense. Ahora somos el mayor accionista financiero de un unicornio francés cuyo capital se inclina de nuevo hacia Europa y que se está consolidando como líder del mercado y proveedor estratégico de Walmart. Además, nuestro equipo de Singapur identificó al número 2 del sector en Corea, SoluM, una escisión de Samsung, del que ahora somos accionistas. La capacidad de monitorizar el sector tecnológico tanto en Asia como en Estados Unidos gracias a los equipos locales e internacionales constituye una gran ventaja para comprender la evolución de la competencia en un sector cuya dinámica es, por naturaleza, de carácter mundial.

DESAFÍOS A LOS QUE DEBEMOS HACER FRENTE

“Se trata de un largo camino por recorrer que no será lineal. Esbozarlo nos permite visualizar las nuevas misiones del gestor de activos, pero también las oportunidades de inversión que se le presentan.”

Interactuar con las empresas industriales para favorecer la transición energética y medioambiental, invertir en el tejido de empresas innovadoras en Francia y en Europa para fomentar el surgimiento de un sector tecnológico europeo y la reindustrialización del continente… son nuevos retos para los inversores fundamentales y a largo plazo. Esto se aplica especialmente en el caso de los equipos de gestión que son capaces de establecer vínculos estrechos con los equipos directivos y entablar un diálogo constructivo y orientado al futuro junto a ellos.

Seamos realistas: se trata de un largo camino por recorrer que no será lineal. Esbozarlo nos permite visualizar las nuevas misiones del gestor de activos, pero también las oportunidades de inversión que se le presentan. Al integrar plenamente los nuevos retos de nuestra profesión, los equipos de gestión estarán equipados para hacer frente a la "destrucción creativa" (9) en curso, identificar las empresas mejor posicionadas para beneficiarse de ella y, en cambio, evitar a aquellas que están abocadas a desaparecer.

Notas y referencias

(1) En 2009, tras la conmoción de la crisis financiera de 2008, el presidente de la República francesa anunció un plan de inversión de 35.000 millones de euros que abarcaba 5 sectores prioritarios. A este primer "Plan de Inversiones Futuras" le seguirían otros tres, el último de los cuales se puso en marcha a principios de 2021 y se centraba principalmente en las tecnologías del futuro y la transición climática. (2) Artículo 29 de la Ley francesa de Energía y Clima, TCFD; Taxonomía, fondos según los artículos 8 y 9 del Reglamento SFDR. (3) "Clima: cómo evitar un desastre" - Bill Gates (4) La combustión de una mezcla de piedra caliza y arcilla a temperaturas muy elevadas da lugar al clínker. Esta transformación es la responsable de las emisiones de CO2. A continuación, el clínker se mezcla con algunos elementos minerales para obtener el cemento. (5) El 56% de la facturación de Mersen contribuye positivamente al desarrollo sostenible: fabricación de paneles solares, almacenamiento y transmisión de energía, etc. (6) El acrónimo BATX designa a los "gigantes" chinos de Internet: Bai-du, Alibaba, Tencent y Xiaomi, equivalentes a las empresas GAFAM estadounidenses. (7) Un unicornio es una start-up valorada en más de 1.000 millones de euros. Por extensión, el término decacornio hace referencia a las empresas tecnológicas con una valoración de más de 10.000 millones. El plan "France 2030" se refiere explícitamente al objetivo de crear decacornios en Francia, ahora que existe un gran número de unicornios. (8) El "Internet de las Cosas" hace referencia a un gran número de objetos conectados a Internet y entre sí, lo que permite la creación de una red de objetos físicos interconectados (como etiquetas electrónicas) y la recopilación masiva de datos dentro de esta red. (9) Teorizada por Joseph Schumpeter, la destrucción creativa es un proceso de desaparición de actividades obsoletas que se sustituyen con nuevas actividades a manos de empresarios innovadores.

Disclaimer

Este documento no constituye una oferta de venta de valores o de prestación de servicios de asesoramiento de inversión. La información contenida en este documento no constituye un asesoramiento de inversión, una recomendación de inversión o un consejo fiscal. Los resultados pasados no son un indicador fiable de los resultados futuros y los objetivos no están garantizados. Ciertas declaraciones e informaciones provisionales se basan en las previsiones actuales, las condiciones económicas y de mercado actuales, las estimaciones, las proyecciones y las opiniones de Amiral Gestion. Redactado el 5 de septiembre de 2022.