Sextant Quality Focus: añadiendo valor al Quality Investing
El mandato primero y último de la gestión activa es aportar valor y la forma inequívoca de hacerlo es batiendo a tu índice de referencia. La inversión en calidad, conocida como Quality Investing ha cosechado un enorme éxito durante la última década por su eficacia y generación de alfa. Este enfoque de inversión está presente casi de forma estructural en la mayoría de carteras, puesto que la categoría de activo de renta variable global suele tener cabida en una amplia tipología de clientes.
La industria de gestión de activos es un claro ejemplo de que la competencia es siempre deseable y beneficia a los consumidores. Por ello, una amplia variedad de fondos de Quality Investing han surgido estas décadas, tratando de seleccionar las compañías cuyas propiedades y atributos las hacen merecer el adjetivo de excelentes. La calidad, al igual que sucede con el éxito, deja pistas. La estabilidad en los ingresos, el liderazgo de mercado, los márgenes superiores a la media o la solidez financiera son solo algunas de esas pistas que un buen inversor debe buscar. El experto en ventajas competitivas o moats, Pat Dorsey, ilustraba con un símil cómo el universo de inversión de calidad es muy reducido. “Si buscas alguien con quien salir, te sirven muchas personas. Si buscas alguien con quien casarte, te valen muy pocas.”
En el mundo hay aproximadamente más de 55.000 compañías cotizadas. Menos de 200 de ellas pasan unos exigentes criterios de selección basados en la más alta calidad. Eso significa descartar al 99,7% de todas las compañías de partida y solo dándoles la oportunidad de ser analizadas aquellas cuyos negocios son potencialmente excelentes. Es lo que hace el gestor de Sextant Quality Focus, Vincent Mercadier, junto a su equipo de Amiral Gestion. Identificar la más alta calidad, monitorizar esas ventajas competitivas, valorar el precio razonable que un inversor racional debería de pagar por ellas y construir una cartera sólida y robusta. Hasta aquí, todo parece bastante estándar. Pero lo revolucionario de esta estrategia, que pronto cumplirá dos años de vida, cuenta con más de 150 millones de euros de patrimonio y acumula rentabilidades superiores al 50% (su índice de referencia MSCI World apuntó un 29,6%), es cómo se construye y evoluciona la cartera. La mayoría de fondos quality identifican una empresa de calidad, la compran y la mantienen en cartera durante décadas. A simple vista, parece una forma sensata de invertir. El problema es que el precio, hasta en los negocios de la máxima calidad mundial, pueden convertir una buena empresa en una mala inversión. Microsoft es un ejemplo de lo anterior: un inversor que la comprase en el pico de la burbuja puntocom tardó 18 años en batir al benchmark.
La obsesión por construir la cartera más barata posible en cada momento dentro del universo de calidad es la propuesta de valor de Sextant Quality Focus y el alfa generado hasta la fecha demuestran su eficacia. Sorprende que en una categoría tan concurrida, no haya apenas estrategias que pongan la disciplina de la valoración en el epicentro del proceso de selección de compañías y construcción de carteras. Para lograr esto, una máquina es mucho más eficiente que el más brillante de los cerebros, puesto que monitorizar decenas de métricas de centenares de compañías en tiempo real se torna misión imposible sin ayuda informática.
Sin duda, las herramientas informáticas son clave en esta estrategia, pero la gestión humana sigue siendo a día de hoy, la pieza más importante. Juzgar las ventajas competitivas, realizar estimaciones subjetivas de la capacidad de los negocios de ganar dinero y entender en profundidad modelos de negocio únicos y en ocasiones inabarcables, es cosa de personas y no de máquinas. La IA Generativa parece que está más cerca que lejos de alcanzarse, pero todavía no estamos ahí.
Sextant Quality Focus apuesta por concentrar la cartera todo lo posible. Si bien es cierto que la diversificación es uno de los grandes mantras en la inversión, Buffett siempre recuerda que esta solo es necesaria cuando no sabes lo que estás comprando. Parte de razón tiene, puesto que en el universo de calidad es muy improbable que nos topemos con errores de inversión. Los académicos suelen decir que una vez que contamos con 30 valores, la diversificación que añade una posición adicional empieza a ser marginalmente baja. Como decíamos al principio, las compañías de calidad escasean a nivel mundial. Cuantas menos posiciones tengamos en cada momento, más posible es construir una cartera barata y excelente. Parece fácil, pero casi nadie lo hace. A Warren Buffett le suelen preguntar por qué cree que no hay más empresas que imiten la forma que tiene Berkshire Hathaway de operar. Lleva años explicando de la forma más transparente posible cómo otros le pueden copiar. Su respuesta es que
“es simple y a la gente le gusta hacer las cosas complicadas.”
A lo mejor, la industria de gestión de activos ha incorporado en productos y procesos capas de complejidad cuando lo único que hay que hacer es volver a lo que Elon Musk llama (como estudioso de la física) “first principles”. En el caso de Sextant Quality Focus, la idea no puede ser más simple: invertir en los mejores negocios de calidad del mundo al mejor precio posible en cada momento.